Corrompida by Kris Buendia

autor:Kris Buendia [Flores, Kristy]
La lengua: spa
Format: epub
editor: Kris Buendia

SIETE

SOPHIA

Escuché que cerró la puerta con mucho cuidado. Mientras yo estaba encerrada en mi baño, llorando como una idiota. Estaba confundida, lo que jamás había estado en toda mi corta vida.

Acababa de tener sexo con el amor de mi infancia, y removió cosas en mí más que mi deseo. Quería tomarlo como era, sexo casual entre dos viejos amigos. Si no iba a salir perdiendo y alguien iba a salir lastimado también.

Bajé cuando escuché que mis padres habían llegado a casa, Grace estaba jugando en su cuarto con Sonya quien tenía música a todo volumen.

—Necesito ir por espinas—le avisé en clave. Lo que significa que necesitaba hablar de algo delicado con nuestros padres.

—De acuerdo—había dicho. Sonya siempre vivía en su propio mundo, pero era una buena hermana. No quería mis cargas para ella, solo necesitaba estudiar y disfrutar de su vida sanamente.

Cuando mis padres vieron mi cara supieron que estaban en problemas.

—¿Qué hizo Grace esta vez?

Sentí mi estómago revolverse por la frialdad en la que lo preguntaba mi madre.

—Grace escuchó que repetías lo que la gente dice de mí—comencé a decirles, mi padre estaba preparando la cena—tuvo una pequeña crisis en la escuela. Lo he solucionado.

Mi madre parecía estar más relajada de lo normal. Típico de ella. No le importaba nada Grace, no como realmente me importaba a mí, a Sonya o mi padre. Pero al final mi padre era su títere al igual que nosotros.

—Bien.

—¿Bien?—no podía creerlo—¿Es todo lo que vas a decir? Deberías estar arriba con ella explicándole o preguntándole cómo está.

—Dijiste que te has encargado.

—Como me he encargado desde que nació, de nada.

—Sophia—intervino mi padre—no le levantes la voz a tu madre.

Estaba cansada de que mi madre fuera irresponsable con Grace. Y yo estaba cansada de no poder ser de ayuda para ella. Necesitaba salir de la casa. Llevarme a mis hermanas si era necesario.

—Si tan solo se comportara como una para variar. Por lo menos con Grace.

La palma de la mano de mi madre fue a dar a mi mejilla. Me quedé mirando a la nada, sintiendo las lágrimas en mis ojos escocerme y mi mejilla arder.

—Puedo entender por qué la gente dice eso de ti. Has cambiado.

No podía creer lo que escuchaba.

—Sophia, venderemos el café—avisó mi padre con preocupación en su rostro. Sabía lo que significaba eso —No podemos mantener el café, esta casa y la escuela de Grace. Es mejor que encuentre un trabajo donde pueda pagar esta hipoteca y la escuela de tu hermana. Lo que significa que…

—Que me quedo sin trabajo y sin estudiar, lo sé y no me importa, pero no puedes vender el café. Pagamos demasiado dinero para remodelarlo.

—La renta subió. Y los proveedores han subido sus costos. No puedo, estoy viejo y cansado.

—¿Y si compramos el local?—propuse.

—No podemos tener otra hipoteca, Sophia. Es lo que es. Uno de los proveedores dijo que podía trabajar con él, la paga es buena y puedo mantener al menos la mitad de la escuela de Grace. Tendrán que trabajar tú y tú madre.

—¿Quién cuidará a Grace? Si siempre estamos trabajando todos.

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